Sintoniza en directo la Beatificación de Lolo

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PRÓXIMO SÁBADO DÍA 12 DE JUNIO 19:30 horas

Tiempo Ordinario

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El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres…así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe.

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Pascua

Pascua

“Alegraos” (Mt 28,9)

La alegría es la señal de Jesús resucitado. La alegría es la señal de todas las comunidades de Jesús. Donde hay alegría ahí está Jesús. Alégrate. Tu alegría puede ser el sendero que lleve a muchos a encontrar a Jesús.

Tú alegras mi corazón. Canto y toco para ti, Jesús resucitado.

martes, 16 de febrero de 2010

Empieza la Cuaresma

La Cuaresma 
Es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza  y termina el Domingo de Ramos, día en que iniciamos la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia dominical, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección. 
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma se remonta al siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Cuaresma-Pascua, 90 días de un tiempo verdaderamente fuerte para la comunidad cristiana.  Desde el Miércoles de Ceniza hasta el día Pentecostés.  Un camino acompañando a Cristo Jesús en su subida a la Cruz y en su Vida Nueva de Resucitado, hasta la donación de su Espíritu.

La llamada a la conversión y la penitencia

Las lecturas de hoy nos señalan el camino de nuestra conversión pascual.
El profeta Joel invita al pueblo de su tiempo –y a nosotros- a la conversión y la penitencia.  Se queja de que Israel se está olvidando de su Dios y descuida su alianza.  Les urge una conversión verdadera, no sólo exterior, la conversión que significa cambio de corazón, cambio de orientación en el estilo de vida.  Nuestra palabra “penitencia” equivale a la griega “METANOIA” que significa cambio de mentalidad.  El motivo que da el profeta a su pueblo es que Dios es misericordioso, y acogerá con amor a todos los que vuelven a Él, porque es “compasivo y misericordioso”.
También Pablo les invita a los cristianos de Corinto que “ahora es el tiempo favorable”; ahora es el día de la salvación y los urge a dejarse reconciliar con Dios.  Reconciliarse significa reanudar las relaciones cuando se han roto, corregir la dirección de nuestra vida cuando se ha desviado.

El triple programa del Evangelio

Pero es el Evangelio el que más concretamente nos ofrece un programa cuaresmal-pascual:
la limosna o caridad, como símbolo concreto de mayor apertura al prójimo, con la caridad fraterna y social, corrección para nuestro siempre creciente egoísmo.
la oración como apertura a Dios, en la escucha de su Palabra, en la oración personal y familiar, en la participación más activa en las celebraciones de la comunidad cristiana, sobre todo en la Eucaristía.
y el ayuno como símbolo del autocontrol que todos necesitamos, renunciando a tantas cosas superfluas, para que las principales encuentren un debido relieve en nuestro programa de vida.
 
Los tres ejemplos que nos pone Jesús se puede decir que resumen toda nuestra existencia: de cara a nosotros mismos, nos controlamos: de cara a los demás, nos comprometemos a una actitud de mayor solidaridad fraterna; y de cara a Dios, decidimos abrirnos más a Él y darle un lugar más central en nuestra vida.

Y las tres direcciones, nos encarga Jesús que las cuidemos, no por vanidad, para llamar la atención, o con un formalismo meramente externo, sino desde dentro, con autenticidad.

Cada uno sabrá en qué aspecto concreto le interpelan estas tres tareas cuaresmales para preparar la Pascua de este año 2010, acompañando a Cristo Jesús en su camino de cruz y de victoria pascual y que este acompañamiento sea serio y eficaz.


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